3 de mayo de 2011

DESIDIA


Qué importa, después de todo. Y sin embargo uno no puede dejar de recurrir a los libros de autoayuda, los abre al azar mientras caga, sentado en el baño, hallado el Shangri-La de sus deseos, el grado cero de uno mismo que se abre como una alcaparra y deja entrever sus semillas y sus miedos, sentado en la taza. Entonces, ayúdese mientras caga; conviértase en lo que pudo haber sido y no fue; no fue su culpa, no lo lamente, y sobre todo no se le ocurra sentarse en el sofá con cara de acelga a esperar que la vida se parta el pecho ante usted y el mundo rasgue sus vestiduras por su causa. Usted es el propio resultado de sus actos, fruto de sí mismo. Usted es lo que come. Usted es lo que caga. Usted es la mierda que respira cuando sale a la calle a comprar el pan. Usted es un destino. Usted es el final de un camino que hay que recorrer; ese reconfortante ir reconociéndose frente al espejo por las mañanas; ese recomendable ir ocupándose de uno mismo, de su aspecto, de sus costumbres, de su dieta; ese ir modelándose a uno mismo, esclavo de su antiguo yo, desgajándose como esos prisioneros que Michelangelo nunca acabó de esculpir y se retuercen queriendo escapar de la piedra, darse volumen y forma, completarse, romperse desde adentro y amanecer al mundo como una crisálida de mármol. Causa y efecto en sí mismo; descúbrase, transfórmese en su propia consecuencia. Usted debe ser la máxima expresión de sí mismo; un sujeto optimizado, regurgitado de la tráquea de dios padre, equilibrado y sereno, consciente, afirmativo, optimista, expeditivo. Y mientras uno caga con el pestillo puesto se convence de que sí, tiende sus límites como una alambrada y se propone un par de objetivos, a corto plazo, bajar la basura, contestar los correos, barrer bajo el sofá y otros propósitos de enmienda. Uno se lava las manos, expurgado de todo, y promete cumplir las promesas, llamar al dentista, arreglar la cafetera, después de un cigarro. Y un café, si tuviera cafetera. Parece que va a llover, bajaré la basura mañana. A ver qué dicen en las noticias. Este sofá cojea, habrá que arreglarlo, algún día. Qué importa, después de todo.

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