
Llegas tarde, y estás lejos, de todo, todavía. Atisbando la última esperanza de poder ser, como aquello que pedíamos en silencio, con los dedos cruzados en los bolsillos del chubasquero, que llegue el tren, que llegue ella, que pare de llover, por dios; como aquello que sabíamos cuando éramos niños y hoy ya es imposible que se sepa. De mayor seré otra cosa, y aquí estoy; ocupo un espacio, un volumen robado al aire, forma, frontera con todo lo que acecha más allá de la epidermis, repitiéndome frente al espejo, simulacro de lo que debiera haber sido, cuando todo era posible y explicable a grandes rasgos. Pero qué pasa cuando no pasa nada, qué esperas cuando nada llega, qué se cuenta cuando uno intuye que no hay más cuentos que contar que esta vergüenza de llamarme como me llamo, de haber llegado a esto y no a lo que sabía de pequeño. Médico, de mayor seré médico. Cirujano, tal vez; nunca alergólogo. Cada vez a mayor distancia de lo improbable, sabiendo que esto frente al espejo no soy yo, porque yo no soy, o al menos eso intuyo; volumen, eso sí, sin esencias inmutables, sin anclajes. Pero estar no es poco, o al menos representarse cada mañana pagándole al conductor, solicitando parada antes de bajar, salida de emergencia a la derecha, su croissant; ¿desea alguna otra cosa? Tantas... Al menos seguir deseando, seguir intuyendo algo posible después de todo, una sonrisa detrás del croissant. Por eso seguía esa antigua costumbre de encontrar cosas por el suelo, pequeñas piedras, señales, botones perdidos (son muchos), y uno no puede dejar de agacharse por más que detenga la fuga de señoras que vienen detrás y miran lo que recojo, plumas, a veces, o piedras en forma de corazón que admirábamos durante horas. Efímeros tesoros, tal vez, que nos rescatan por un instante de seguir buscando eternamente, señalan algo que late más allá de todo esto, pequeña perfección que coloco en la palma de mi mano, bien centrada; forma azarosa o una cruz en el mapa invisible de mis pasos, usted está aquí, como puntos y comas de un texto escrito en un idioma desconocido. Dos cincuenta, que pase usted un buen día. El azar: todo y nada. Esbozo perfecto de un corazón conformado casualmente en una piedra tras años o siglos rodando por ríos o montañas, montones de escombros o escobas. Había una isla, decía, dios sabe dónde, con bosques en forma de corazón en los que andaríamos perdidos sin conocer la belleza de sus límites. Sinrazón o excusa para creernos vivos; para pensar que hay algo después de todo, que existe un destino en las cosas que la física no explica. Nuestra misión era ésta, ponerle nombre a estos signos, darles vida y un sentido unívoco, inexorable; puntos dispersos en la ciudad y líneas casuales que los unen y convergen en mi palma; punto de fuga en mi mano, línea que abraza lo inasible y reajusta el mundo, por fin, preludio de todo, indicio de algo que buscaremos todo el día, tal vez mañana, aunque -se sepa que- tal vez nunca. Es así, todos lo saben, pasará lo que tenga que pasar si es que algo pasa, pero una piedra esboza razones que apuntan a leyes que no siempre han de cumplirse en esta ilógica de días que se solapan en el dietario; pilares volubles sobre los que construir otro mundo; telones que acaban con la farsa; pequeños gestos, al fin y al cabo, que enderezan los renglones torcidos sobre los que este mundo se narra a sí mismo. Y es sólo así como todo parece hilvanarse, las mangas, los bolsillos. Pero me tira la sisa del mundo bajo la axila y ese hilo que cuelga y del que no debes tirar, nunca, bajo ningún concepto, porque esos jirones embastados con signos y ajustes de cuentas con el futuro se vendrían abajo como un juego sin reglas o la Tierra sin su eje imaginario. Y entonces de nuevo el espejo, estar sin ser, quitarse las legañas, rotación y traslación, los reyes godos, encantados de servirle. Gracias.
me pregunte quin percentatge del conte no eres tu i quin sóc jo, me pregunte si la persona protagonista és feliç, també si les persones que caminen amb coses que fer són felices, me pregunte quantes vegades estic perdut i quantes ocupat en seguir la massa, me pregunte:
ResponderEliminarQUEDEM PER A FER_SE UNES BIRRES?
"Efímeros tesoros, tal vez, que nos rescatan por un instante de seguir buscando eternamente..."
ResponderEliminarEspectacular, maravilloso.
M'emocionao........
Pd: Esta tarde te llamo...tengo muchas ganas de hablar contigo.
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